jueves, 15 de mayo de 2008

El nacimiento de los gnomos.

Al cuarto día, ya me canse de llevar una entrada por día, que poca perseverancía la mía ¡Pero he vuelto! Jueves a las 0:19 mejor tarde que nunca.

Iba a ponerme en plan romantico, hablar de como me reconcilio con el mundo, lo mucho que quiero a mi novia y bla bla bla pero he pensado ¿A quién le importa eso? y he decidido escribir algo mas estupido y por tanto más divertido y molón ¿No? a fin de cuentas, somos el país del Chiki Chiki, para desgracia de mi profesor de ética.

El nacimiento de los gnomos.

Había una vez un niño tan pequeño, tan pequeño, que a su lado los portatiles Mac parecían gordos, fue el parto más indóloro de la historia. Este niño vivía en el bosque en casa de sus padres y se dibertia montanto a "caballo" en una ardilla. Su nombre, pulgarcito.

Pulgarcito tenía cinco hermanos y era hijo de un malvado leñador. El utilizaba a sus hijos para poder trabajar en el bosque pero, Pulgarcito no le servía, por mucho que pasasen los años, su hijo no crecía y le era del todo inúl.

Su malvado padre decidió desacerse de él. Un día reunió a sus hijos y les dijo:

-Hijos míos, en la mesa teneís buestra merienda, cogerla, nos vamos de escurisón al bosque, hoy daremos un largo paso.

Todos cogieron su bocata y entoces Pulgarcito advirtió:

-Para, no hay comida para mi
-No te preocupes hijo-contesto su padre-tu eres pequeño, comes poco, te daremos parte de la nuestra.

Pero Pulgarcito no era tonto y sabía que algo iba mal. Así que metió un montón de piedrecitas en un saquito y las fue dejando por el camino mientras se alejaban de la casa. Habían caminado durante horas por el bosque cuando su padre empezo a gritar.

-¡Correr hijos mios correr! ¡Tonto el último!

Y todos echaron a correr y nuestro diminuto protagonista no pudo seguirlos. Se había quedado solo en el bosque, pero no tuvo problemas para volver a casa al seguir el rastro de piedrecitas.

-¡Hijo mío, Has conseguido volver, Que alegría nos has dado, pensabamos que te habíamos perdido!-Grito el padre fingiendo alegría.

La molestia carga del leñador habia vuelto y eso no lo podia permitir. Tenía que volver a abandonarlo pero esta vez, no cometería errores. Una semana repitió el mismo plan.

-Hijos míos, en la mesa teneís buestra merienda, cogerla, nos vamos de escurisón al bosque, hoy daremos un largo paso.

Pulgarcito ya estaba agarrando sus caco con piedrecitas cuando llego su padre.

-Toma Pulgarcito, te he preparado la merienda para que esta vez no pases hambre, deja ese saquito y lleva tu comida.

Empezado el camino Pulgarcito empezó a dejar migas de pan para poder seguir el rastro y volver a casa ¡Sabía lo que iba a hacer su malvado padre! y así fue. Al llegar lejos, lejos, lejos de su casa, su padre volvió a gritar.

-¡Correr hijos mios correr! ¡Tonto el último!

Pulgarcito se volvió a quedar atras. Y se dedicó a seguir el rastro de migas de pan para volver a casa. Pero cuando llevaba una hora caminando ¡Las migas habían desparecido! Pulgarcito no podía volver a casa ¡No sabía el camino! ¿que podía hacer?

Caminó y caminó durante horas pero, fue inutil, fuese por donde fuese, se perdía era incapaz de encontrar su casa. Su malvado padre lo había conseguido, el diminuto niño se había quedado abandonado, solo en el mundo.

Pero como dijó Franco cuando Carrero blanco batió todos los records de salto de altura, con una ayudita de una bomba, no hay mal que por bien no venga, los españoles aplaudieron esperando que el saltase aún más alto pero fue así y... estoy divagando, mil disculpas.

Volviendo a nuestra historia, estando Pulgarcito solo en el bosque econtro a otra niña igual de dimintua que él y se hiceron amigos. Con el paso de los años "crecieron" y se hiceron novios y por ultimo marido y mujer. Y consumaron el matrimonio como conejos, y consumaron y consumaron y siguieron consumando; tuvieron cientos de hijos, y estos mas hijos todavía, disfrutaban del sexo mas que los hippyes y poblaron el bosque de seres dimintuso como ellos.

Esa es la verdadera historia del nacimiento de los gnomos.

Con el paso de los años, una colonia llego a springfield, montando un pueblo cerca de la central nuclear del señor
Montgomery Burns. Por los efectos nocivos de la pesima central nuclear, sus cuerpos enfermaron y se volvieron azules. Eso si, siguieron cosumando como conejos y poblaron todo el bosque de la zona.

Esa es la verdadera historia del nacimiento de los pitufos.

Buenas noches

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